El concepto surge a partir de “Suhuy” que tiene varios significados en maya, que hace referencia al agua pura de los cenotes que nunca ha visto la luz del sol, un espacio virgen que no ha sido tocada por la mano del hombre y que era utilizado por los hechicero mayas con el mayor de los respetos.
Su eslogan “Pureza de cenote”, refuerza ese agradecimiento hacia uno de los recursos más importantes de la humanidad, el agua que nos regala vida y que purifica nuestra almas.